Pronta entrega

Pronta entrega

29-12-22

pronta entrega

- ¿Debería hablarle ahora? bueno, ahora, ahora no, pero ¿Debería hacerlo luego?-interrogue mientras abrazaba mi mochila. -No lo sé, ni me dices lo que pasó, así no te puedo ayudar- respondió Flavio. Como siempre me encontraba sentado en el último asiento del salón, acababan de terminar los parciales y como excusa de “revisar nuestras respuestas” me cambié de asiento junto con Nando para ir a la última fila y juntarme con Flavio, estaba apunto de tomar la desicion mas importante (sentimentalmente hablando) de esta semana: Dejar mi ego atrás y aclarar ese supuesto “mal entendido” o simplemente dejar que las cosas fluyeran por si solas. Como sabrán no soy amigo de dejar las cosas al destino o mejor dicho, no me gusta que los problemas escapen de mis manos. -Es que esta vez si la cague y creo que debería disculparme- dije susurrando. Alesa se encontraba a poco menos de cuatro asientos de distancia, no quería que ni sospechara que estaba hablando de ella. -Creo, creo que no deberías disculparte, a veces lo haces por huevadas, Diego- agregó Flavio. -Shhh habla más bajo- respondí golpeándolo levemente en el brazo. -Osea si, tiene razón Flavio, pero por lo que sé, está vez si la cago Diego y no es un capricho- dijo en voz baja Nando. -¿Pero qué fue lo que pasó?- interrogó molesto Flavio. - Por lo que escuche Diego…- dijo Nando. -¿Como que “por lo que escuche”? ¿Cómo escuchaste algo?- hable sorprendido. -Si, la amiga de Alesa fue muy escandalosa, hasta yo que estaba con audífonos conseguí escuchar todo el problemon- respondió Nando. -Carajo -pronuncie mirando al piso- Que palta, mano- agregue.

Nando miro Alesa, luego me miro a mi, respiro un poco y dijo: El sábado justo me senté atrás de Diego y bueno, por lo que escuche y vi el sábado, Diego estaba con su celular en instagram. -Coño, hasta sabes que app estaba utilizando-respondí avergonzado. -Callate Diego, deja que Nandito hable- dijo Flavio. Entonces Alesa voltea a mirar a Diego, ella le dice si podía darle el móvil, Diego extrañado se lo da, pero la amiga de Alesa en tono de burla dijo “Mira a quién sigue”. -¿Se molesto contigo por los potos que seguías?- interrogó riendo Flavio. -En primer lugar, no sigo ningún poto en instagram y en segundo, bueno fuera que hubiera entrado a mis seguidos- respondí. Alesa entró a los chats de Diego y uno de los últimos era de una tal… de una tal… ahí está, de una tal Alana.

Alana… Alana estaba en la misma academia en la que me encuentro, era delgada, un poco mas alta a las demas chicas, cabello muy negro que combinaban con su mirada oscura, sonrisa de niña buena, pero cuerpo de mujer mala. No nos hablábamos mucho, mas bien ni nos hablamos en persona, solo interactuábamos (el verbo es excesivo) por chat, era la clásica amistad pre universitaria, en la que omitían la conversación y pasaban a intercambiar boletines, fichas, teoria de biologia y apuntes. Un día, un jueves nos quedamos hablando hasta muy tarde, no recuerdo de qué, pero ella reía mucho y me gustaba escucharla.-Oye Dieguito, mañana va ser un dia muy aburrido, mi flaco se va a ir temprano a otro lugar y no se que voy a hacer en toda la tarde- dijo Alana. Me quedé pensando un par de segundos, pero con el silencio nervioso de la llamada pareció eterno ¿Ella quiere salir conmigo? -Si quieres podemos salir a pasear más tarde-respondí, era un movimiento muy arriesgado decir eso,pero lo hice. -Ya pues normal ¿A que hora?-.-A las cinco estoy por tu casa ¿Ta’ bien?-. -Si, si, si, justo voy a estar sola-. “Sola”, “sola”, “sola”, no me quitaba esa palabra de mi cabeza mientras estaba de camino, no le puedo hacer esto a Alesa y tampoco Alana le puede hacer esto a su flaco… ¿Entonces por qué estoy llendo? Llegue a su casa, toque la puerta y salió, otra vez vi esa sonrisa que no concordaba con esa mirada perversa. -Pasa Diego, que los vecinos te van a ver- dijo Alana riendo mientras me jalaba de la mano. Ella tenía puesto un short bastante pequeño y sus piernas eran bastante delgadas, por alguna razón me gustaba, también tenía puesto un top oscuro que le quedaba muy bien por su contextura delicada y su piel clara combinaba cuando se acercó a la mía. Fuimos al sillon y empezamos a hablar (no recuerdo porqué) de primeros besos mientras yo intentaba acercar de poco a poco mi mano hacia sus piernas, hasta que llegue, no note ninguna acción de incomodidad de parte de ella, más bien acerco un poco más su pierna. -¿Entonces tu primer beso con tu flaco fue a la fuerza?- interrogue. -Osea si quería, pero no lo imaginaba así, estaba casi ebria y el quería besarme, yo me hise para un lado porque dentro de mí quería que ese primer beso sea en otra circunstancia, pero él me jalo y a la fuerza junto nuestros labios-. -Asu que feo, osea perdon, se que ahora es tu flaco, pero qué feo, un beso a la fuerza es todo menos un beso-dije mientras ella reía.-El beso tiene que ser natural, aparecer por sí solo, de a pequeñas cucharaditas, como si dar a comer a un bebe se tratara y especialmente sin pedirse- dije mientras acercabamos nuestros rostros y le miraba los labios y le miraba los ojos y le volvia a mirar sus labios, ella también lo hacia y no paraba de acercarse con todo y cuerpo a mi. -Veo que tienes experiencia Dieguito- alejo su rostro y dijo esto entre risas Alana. Yo reí incómodamente, pero me volví a acercar, subí mi mano por sus muslos hasta estar solo a dos (o menos) centímetros de su loma de la incandescencia. -No, no es experiencia, es inspiración y como no lo voy a estar estando tan cerca de una chica tan carismática, interesante e inteligente y lo más importante, tan bella como tu-. Fui hacia sus labios, ella fue hacia los míos, callo todo su cuerpo al sillón y abrió mi short. Su sudor, mi sudor, nuestros gemidos, sus palabras, sus piernas abrazando mi cuerpo, su mirada al cielo y mi mirada mirando un cielo fue lo que pasó esa tarde. Y ¿Había algo de esto en el chat? No, nada que ver, ella no se iba a exponer así, por que como dije al principio ella estaba en una relación, solo había un mensaje raro que era “espero volver a verte” y no parecía tan raro la verdad. -¿Y qué pasó Diego?- preguntó Flavio. -No, nada, solo le quite mi celular a Alesa cuando entro al chat y no deje que lo viera y ponte en su lugar, que tu flaco te quite su fono justo cuando hay un mensaje raro, si o no que te molestarias- dije distraído, no les conté la verdadera historia, nadie sabe la verdadera historia, solo Alana y yo.

Alesa agarró su mochila y salió del salón, carajo ya se va a ir, pensé. Tenía que aclarar este problema hoy o no lo haré nunca. -Flavio acompáñame- dije. -Hay que ir a ayudar a este baboso, Nandito- respondió. Cruzamos las carpetas en fila india y cuando llegamos a la puerta del salón escuche a alguien llamarme. -Diego, chicos ¿Donde van?- grito a lo lejos Lorenzo. -Ya nos vamos-dije apurado. -¿Quieres ir?-preguntó Nando. -Si-respondió Lorenzo. -Yo también voy con ustedes chicos- dijo entrando a la conversación Cesar. Carajo ahora todos me van a ver disculpándome, bueno no importa. -vámonos- dije. Baje las escaleras, camine por el patio, llegué al portón de la entrada de la institución y salimos. El sol me cegó un poco, era un día bastante caluroso, parece que el verano ya había y el bochorno asqueroso de lima se sentía, acelere el paso para ver a los lados del lugar y no había nadie ¿Ya se habrá ido? me pregunté. -¿A quién buscas?-interrogó Lorenzo. -No, no, a nadie mano- dije mientras caminaba hacia una esquina. Había una reja en la esquina y me recosté en ella, iba a esperar que saliera. -¿A quién vamos a esperar?- preguntó César. -A nadie-dije. -A Alesa-respondió Flavio. -¿Por qué?- dijo Cesar. -¿Qué pasó?.Asu ¿Otra vez se molesto contigo Alesa?- reclamo Lorenzo. -Si- dije. -¿Y otra vez te vas a disculpar como tarado?- dijo Lorenzo. -Oe, solo lo hice una vez, y si fue por una huevada, pero… Que chucha te importa mano, déjame a mí- dije molesto. -Tiene razón Lorenzo, pero esta vez Diego si la cago, hay que dejar que haga lo que tenga que hacer- agregó Flavio. -¿Pero qué hizo?- pregunto gritando Lorenzo. -Vió una huevada en mis chats- respondí. -Asu, eres un tarado mano- dijo.-¿Sabes si va a salir rápido Alessa? me estoy quemando- preguntó César. -Que te vas a quemar tu oe, negro- dijo Flavio riendose. -Hay que esperar cinco minutos, si no sale, nos vamos- hable. -¿Ya pensaste que decirle o qué hacer?- preguntó Nando. -Si…- dije dudoso.

Osea si había pensado que hacer, pero que decir, no muy bien, deje esto último que sea espontáneo, como decía un profe de literatura “La generalidad solo sale en el momento muchachos”. Pero lo que iba a hacer creo que estaba muy bien. El domingo quería comprarle un regalo a Alesa aparte de lo que supuestamente tenía planeado decir con mis disculpas, en ese momento no sabia que comprar así que mejor le hice una cajita. Tenia una pequeña en mi cuarto, la forre de papel negro y rojo, le pegue algunos stickers bonitos, la llene de bolitas de papel blancas y mientras enrollaba el papel decia “Carajo que mierda estoy haciendo”, “nunca habia echo esto por una mujer”, “¿Me estoy enamorando?” esto último lo repetía muchas veces, ¿será verdad? ni en el momento que estoy escribiendo esto lo se, pero lo que si se es que había un gran sentimiento en mi corazón y a pesar de lo que hice, sentía que la quería, más de lo que hubiera esperado. Había algo en su manera de caminar, tal vez, o su manera de mirar en mi, probablemente, que me volvía loco, hacía que mi corazón corriera a cien con solo hablarme y que frena de repente cuando no estaba, en tan poco tiempo una chica sin querer domino mi corazón y cuerpo, conocer mis labios e hizo que me muriera por conocer los suyos, con no solo la cara bonita si no una manera de ser también, te quiero, te quiero, te quiero, carajo te quiero niña, que me has hecho para que solo deje de pensar en ti cuando duermo. Tal vez el próximo mes, no estemos juntos, tal vez ni hablemos, tal vez nos convirtamos en unos desconocidos, pero en este corto tiempo puedo pasarla contigo y eso es lo que importa. Sé que es muy idealista pensar que estaré contigo mucho tiempo ya que es normal entre jóvenes ¿no? En cambio tal vez estos serán pequeños días en nuestra vida, pero me encantaría vivir una vida contigo en estos pequeños días y aprovechar cada hora que pueda estar a tu lado. Te quiero Alesa. Agarré un papel y un lapicero y empecé a escribir, me inspiró mucho esta mañana… Arregle la cajita un poco, la decore con mucho amor y un gran sentimiento secreto se adueño de mi corazón, tenía que hacer una pronta entrega de esta caja.