Semillero de la humanidad

21-06-2022

semillero de la humanidad

El principio de está historia se remonta hace tan solo un par de años luego de mi asistencia a la conferencia “EnlightED”. Thom Ríos había cenado conmigo esa noche y tuvimos una basta conversación sobre la evolución de la web, con sus arcaicas tecnologías que tenía a principios de los dos mil y también sobre sus prometedoras evoluciones. En esta conversación surgió el debate del futuro de los Front-end developers. Mi compañero me preguntó ¿Qué será de ellos con tanta facilidad para crear webs sin abundante código? Yo le respondí que simplemente se tenían que adaptar. Como lo hicieron los más veteranos que aprendieron en sus universidades o institutos las antiguas aunque infructuosas tecnologías AJAX o PHP y en su momento tuvieron que aprender Angular o React.js. Como dijo Darwin: “No es el más fuerte o el más inteligente, sino el que responde mejor al cambio”. Entonces en esas palabras haciendo referencia a la evolución humana Thom Rios recordó que en uno de sus días de ocio había encontrado una página web de un científico reconocido en la rama de la antropología.

-Ardem, Ardem, Ardem Hass…- dijo Thom Rios mientras intentaba recordar el apellido.- En fin, la pagina decía que los hombres actuales no somos hijos de la tierra, si no de otro planeta-.

Qué teoría tan atrevida para un supuesto reconocido científico . ¿Cuál era su justificación? le pregunté. Thom decía que la justificación principal era -El conocido cambio desproporcionado de la raza humana es porque no nació aquí, si no afuera, y ha ido adaptándose con el tiempo a la tierra. Por eso, en este medio ambiente que nos permite vivir a la vez nos mata ya que nuestro cuerpo no es originario de aquí-.

Saqué mi móvil y le pregunté cuál era el url de la página. “Ardemblog.com” me respondió Thom, no hay nada, dije. Entonces “Ardemblogpost.com” volvió a responder Thom, no hay nada volví a decir. “blogArdem.com” pronuncio Thom lentamente, la misma respuesta pronuncie decepcionado. Agotamos en vano todas las combinaciones posibles: ArdemArdem.com, ArdemHblog, blogArdem, blogAardem, BloogArdeeem.net… No encontramos nada. Ya eran las once de la noche y nos teníamos que ir. Antes de que Thom se vaya, me dijo que tenía la url en su computador. Debo admitir que asentí la cabeza con incomodidad para dejar el tema atrás ya que pensaba de que Thom solo quería justificar sus palabras con la idea de un científico quimérico, o tal vez de verdad había visto esa publicación de un ”reconocido científico”, pero ya ustedes sabrán (como veteranos navegantes de la web) la gran facilidad que hay hoy en dia de transmitir noticias de una procedencia quijotesca.

Al día siguiente, muy temprano, creo que a las seis de la mañana, Thom me había llamado. Me dijo que había encontrado la url y que ya recordaba el nombre del docto: Ardem Hassel. Me asombré que aquel hombre si existía y tenía país, esposa, educación y varias otras cosas más que tienen los hombres que sí existen de verdad. Era britanico y ganador de muchos premios gracias a sus vastas investigaciones. La web del querido Thom era confiable, habían videos del científico presentando la landing page y muchas otras notas junto a sus teorías más conocidas: The departure of man from Africa, Notes on the change in height of man, Hominids and humans today y muchas otras más.

Afortunadamente también se encontraba la teoría que nos interesaba: The true origin of human life. Un título bastante pretencioso a mi parecer, pero luego de varios años me di cuenta que era el más indicado para este tema. La tesis contaba con 542 páginas justificando la validez de su estudio.

Las palabras repetidas por Thom eran casi exactas a las que decía el científico en la página 93, aunque técnicamente inferiores intelectualmente. El párrafo decía: “El proceso evolutivo humano ha conllevado una adaptación progresiva a las dinámicas cambiantes de la Tierra. Sin embargo, esta adaptación no resulta plenamente suficiente para lidiar con las variables constantes, como la gravedad terrestre que impacta negativamente en el sistema óseo, la presencia de oxígeno que induce efectos perniciosos a largo plazo y los rayos solares cuyo impacto a distancia deteriora gradualmente. Cabe cuestionar si nuestro ADN, en caso de ser originario terrestre, ha sido capaz de superar estas antiquísimas circunstancias preexistentes al surgimiento de la humanidad".

Me llamó mucho la atención el escrito, así que leímos con riguroso cuidado notas que guardaban ciertas páginas con función de sintetizar la titánica información que presentaban. El pasaje recordado por Thom era el más claro, el resto contenía vocabulario muy calificado como es común en textos de tono científico. Notamos que las páginas eran muy ambiguas, no sabíamos si se trataba por la falta de claridad que presentaba de por sí el estudio o por nuestra ignorancia en biología (no queda de más decir que en tercero de media aprobamos a duras penas el curso de Biología).

No hubo nada más interesante o algún párrafo que intentara gritar la posibilidad de que bajamos de una nave alienígena aparte de explicaciones explayadas muy aburridas. Una de ellas, la más coherente y resaltada por el autor era: Ya que los asteroides contienen células de cualquier rincón del universo, uno de estos cuerpos que impactó a la tierra nos traía a nosotros. Pero esta explicación no le daba sentido a sus anteriores 541 páginas. El científico había asegurado (entre líneas) que nuestro cuerpo de homínidos había evolucionado durante largos milenios hasta llegar a la perfección, pero para otro tipo de biosfera. Algo nos ocultaba el autor en las hojas. Con una ligera nota de aproximadamente tres meses Ardem Hassel nos contaba que se había vinculado formalmente con la European Space Agency para seguir formulando su teoría y que la actualizara cuando terminara su trabajo The true origin of human life.

A eso de las doce del mediodía con un ligero dolor de espalda paramos de leer. Thom colgó la llamada de casi seis horas y fuimos a seguir con nuestro día a día. Después de un par de horas me senté en el comedor de mi hogar para almorzar. Casualmente un familiar se había sentado en la sala y había prendido el televisor para ver noticias: “Hoy en la ciudad de París: Dos muertos tras inesperado choque con auto negro, uno de los fallecidos fue el reconocido cientifico Ardem Hassel”.